De un vistazo

¿Cómo te convertiste en perfumista?

Elisa Tzedakis: Siempre tuve mucha curiosidad por los olores, en primer lugar, los que me rodeaban en la naturaleza, especialmente durante los viajes, o los que salían de la cocina, especialmente de la cocina de mi madre. Un día, mi tía me llevó de viaje al "Castillo de Chamerolles" en Chilleurs-aux-Bois en Francia, que alberga un museo de esencias y perfumes. Allí quedé absolutamente fascinado por el órgano de fragancia de madera original y aprendí que el perfumista es una profesión real. Sentí que fue absolutamente mágico aprender una profesión cuyo propósito es crear fragancias que despierten emociones. Debo haber tenido unos 10 años en ese momento.

¿Es la idea de ser un perfumista más romántica en retrospectiva que en la realidad?

ET:Mi visión de trabajar como perfumista, por supuesto, ya no es tan romántica como lo era a los 10 años. Sin embargo, hoy puedo decir que me encanta ser perfumista más de lo que jamás hubiera imaginado. Me gustaría citar a Gaston Berger (filósofo y futurista francés) en este punto:

Esta cita es la razón por la que conservo parte de la belleza de mi sueño todos los días al recordar lo bendecido que soy de poder seguir mi pasión. Y de hecho, aunque perdí un poco el aspecto romántico, cada vez que comienzo una nueva creación, siento la magia de convertir una idea en un aroma.

¿Cómo se desarrolló su carrera profesional hasta ahora?

ET:Después de obtener una licenciatura en Química, continué con Ciencias y Perfumería para obtener mi maestría y completé su parte práctica en una compañía internacional de fragancias y sabores en Francia. Allí pude adquirir mi primera experiencia práctica en el campo de la perfumería. Posteriormente, trabajé en materias primas naturales y como asistente de perfumista y evaluador, antes de pasar otros cinco años como gerente de desarrollo de fragancias finas.

En 2017, me mudé a Alemania, porque tuve la oportunidad de hacer la formación de perfumista interna en Bell. El programa tiene una duración de 3 años e incluye muchas pruebas olfativas para conocer las numerosas materias primas, mucha práctica en las formulaciones de acordes y esquemas de perfumes clásicos y, por supuesto, todo el conocimiento relativo como botánico. Hoy sigo oliendo la materia prima que ya logré para aprender todos los días a mantener viva la memoria y profundizar en lo aprendido. Además, nunca dejas de aprender en este trabajo. Las materias primas, las restricciones y el progreso técnico son cambiantes y deben actualizarse periódicamente.

¿Qué importancia tiene la sensibilidad olfativa?

ET:Diría que lo más importante en mi profesión es el cerebro. La nariz es, por supuesto, una herramienta indispensable, pero durante el proceso de creación, un perfumista utiliza su memoria, conocimiento e imaginación para crear una composición única. Una gran parte de la pasión, así como la disciplina, la paciencia y la creatividad también son fundamentales.

¿Qué es lo que más disfrutas dentro de tu trabajo?

ET:Siento la mayor alegría cuando puedo desencadenar una emoción con mis creaciones. Siempre estoy emocionado cuando sostengo el aceite de perfume terminado en mis manos al final de un largo proceso de desarrollo. Porque aunque el proceso suele ser muy similar, el resultado siempre es diferente y, a menudo, incluso me sorprende.

¿Qué consejo le daría a los jóvenes que quieran aprender esta profesión?

ET:Empieza a oler todo lo que te llame la atención, entrena tu memoria y despierta la creatividad dentro de ti.

El 11 de febrero celebramos el “Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia”. Reconozcamos el papel fundamental que desempeñan las mujeres y las niñas en la ciencia y la tecnología. Estamos felices de tener mujeres fuertes y ambiciosas como Elisa en nuestra empresa.